El mueble sexy: una silla. La silla de la cocina, de tu despacho, al estilo Luis XVI o del Rastro madrileño... ¡Da lo mismo el modelo!
La postura top: él está sentado, la espalda bien recta contra el respaldo, las piernas ligeramente apretadas y los pies anclados al suelo. Colócate frente a él, con las piernas abiertas. Rodéale con tus piernas y brazos.
El pie: esta postura tiene la ventaja de ser una postura tierna, cariñosa y permite mirarse a los ojos. Las cuatro manos se quedan libres y pueden acariciar vuestros cuerpos. Estás en la postura del capitán: eres tú quien marca el ritmo, puedes acelerar o aminorar el ritmo, así como la profundidad de la penetración.
¡Atención! Evita las sillas con asiento y respaldo de paja... esto podría raspar el trasero de tu pareja... Evita también las sillas de plástico que hacen que te resbales.
fte. enfem.
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